Cuando un negocio se resiste al cambio, se estanca en procesos, carece de innovaciones se puede afirmar que realiza rituales. Según La Real Academia de la Lengua Española la palabra ritual refiere a algo impuesto por la costumbre.

¿Cómo cambiar los rituales improductivos de un negocio?

Una opción muy propicia para lograrlo es haciendo uso de las metodologías ágiles. Estas metodologías (porque sí, son varias) son aquellas que nos permiten adaptar la forma de trabajo a las condiciones específicas de un proyecto, consiguiendo gestionarlo de forma flexible, autónoma y eficiente reduciendo los costos e incrementando la productividad general.

Además, estas metodologías, además de generar un tipo de producto y propiciar estrategias de mercadeo, mejoran procesos de trabajo cambiando los rituales del grupo o de la organización. Con ellas ya no se trabaja por islotes, sino por comunidades o grupos que pueden convocar a otras áreas para conectar sus capacidades y c ocrear. Es un cambio de mentalidad que se difunde en la vida del grupo y del proceso de innovación.

¿Está lista mi empresa para aplicar metodologías ágiles?

Para saberlo debemos definir quiénes son las personas que movilizan el cambio en la empresa y articularlas con los núcleos claves, de esta forma dinamizaremos los procesos y empezaremos a crear nuevos rituales, nuevas formas de desarrollar soluciones para que empiecen a adquirir un nuevo tipo de cultura.

Ahora bien, debemos tener muy claro que las metodologías ágiles no son magia. Al comienzo, como casi todo en esta vida, costará adoptar el cambio de costumbres, métodos y prácticas. Sin embargo, colaborar, ensayar, equivocarse, aprender para tomar decisiones y generar nuevas maneras de obtener mejores resultados son algunas competencias que se pueden ganar y desarrollar gracias a estas nuevas metodologías.

¿Qué metodología debo emplear en mi empresa?

Cada metodología tiene sus propias características para generar mejoras y funcionalidades en productos, equipos y procesos. Hay metodologías centradas en diseñar experiencias, en modelos de negocio, en prototipado, mercadeo, etc. Por ejemplo, algunas de las metodologías más conocidas y empleadas son el Design Thinking, Lean Start-Up y Scrum, herramientas que permiten crear valor de manera consistente y coherente.

Antes de terminar queremos dejar muy en claro que estas metodologías no solo están hechas para empresas sino que también pueden ser aprovechadas para el desarrollo de redes solidarias, nodos, comunidades o proyectos específicos. ¡Muy pronto compartiremos más información sobre nuestras preferidas!